Título original: The wrestler
Género: Drama
Año: 2008
Nacionalidad: EEUU, Francia
Duración: 111 minutos
Dirección: Darren Aronofsky
Elenco: Mickey Rourke (Randy Robinson), Marisa Tomei (Cassidy), Evan Rachel Wood (Stephanie Robinson), Mark Margolis (Lenny), Todd Barry (Wayne), Ernest Miller ("El Ayatollah"), Judah Friedlander (Scott).
Sinopsis:“El luchador” nos narra la agonía profesional de Randy Robinson (Mickey Rourke), un luchador que en los años 80 había estado en la cumbre de la lucha libre profesional pero que ahora, 20 años después, sobrevive con exhibiciones en gimnasios de institutos y en cuadriláteros de tercera categoría. Olvidado por su hija (Evan Rachel Wood) e incapaz de mantener ninguna relación, Randy sólo vive gracias a la emoción del show y el apoyo de sus fans, pero un ataque al corazón le obliga a retirarse. Entonces, decide poner orden en su vida. Intenta acercarse a la hija que abandonó, a la vez que trata de superar su soledad con el amor hacia una stripper (Marisa Tomei).
Comentarios:Diez años han pasaron ya desde su debut cinematográfico con la excelente Pi. En estos diez años tan solo pasaron dos películas, bastante más ambiciosas en su concepto y producción. Diez años en el cual Aronofsky ya no es el mismo chico de 29 años que con 60.000 dólares y una notable idea en la cabeza, realizó una película magnifica. Muchas cosas cambiaron. Pero diez años después de aquel debut, vuelve con lo que podríamos decir que es su película más intimista y dolorosa (que es mucho decir) de su corta carrera. Porque “El luchador” no es solo la vida de un sujeto que tuvo fama y dinero pero lo perdió todo. No es una especie de metáfora de la vida de Mickey Rourke (que bien podría serlo). Sino que en los ojos de Randy se refleja el dolor por el mundo en el que vivimos, en ese mundo de héroes descartables que el público y los medios de comunicación inventan para saciar sus propios deseos. Pero cuando las luces se apagan para siempre, queda el hombre desnudo, sin flashes que lo vuelvan a encandilar, y allí es cuando la vida les pasa factura por haberse dejado llevar por ese monstruo que no perdona, que es la fama.
Randy supo ser un héroe de la lucha libre profesional en la década de los 80, y como tal llevó una vida digna de su estatus. Derroches de dinero, fiestas y lujos, en contrapartida de la ausencia ante su familia. Hoy, lo único que tiene es una hija a la que hace años no ve. Nada más. No tiene ni ex mujer, ni padres, ni hermanos. Ni siquiera vecinos. Tan solo una prostituta a la cual, por unos dólares lo escucha mientras le hace un baile privado.
Ese es Randy. El que tiene que romperse el lomo más de lo aconsejable a su edad, para estar vigente dentro del circuito de lucha libre de baja categoría. El que tiene que trabajar en la rotisería de un supermercado vendiendo comida para las ancianas. El que no puede mantener ni una sola promesa, aunque sea a su hija.
Este es el personaje que nos regala Mickey Rourke, en lo que es su mejor interpretación, cuando todos lo creíamos terminado. Pero no, volvió con un personaje que se le parece mucho, solo que no tuvo a Aronofsky en su camino para cambiar su suerte. Randy no lo tuvo, Mickey sí.
La cámara de Aronofsky lo acompaña a través de su vida, permitiéndonos ingresar en su mundo como observadores. Sin justificar ni opinar, solo acompañándolo. Si bien el guion cae en algún cliché, es uno de los relatos más dolorosamente humano de los últimos años, en un personaje un poco distante, pero más cerca de lo que creemos.
Bonus:Con el fin de captar la historia de Randy con un realismo desnudo y vigoroso, Darren Aronofsky efectuó una decisión singular: rodar las escenas de lucha libre como combates reales, sin especialista alguno, ante un público auténtico. “Quería proporcionarle a Mickey un ambiente tan natural y auténtico como me fuera posible para crear ese personaje”, comenta Aronofsky. Los realizadores prepararon una serie de combates para Rourke completado con promociones auténticas y una serie de peleas previas para mantener al público caldeado. Cuando llegaba el público, se le hacía un resumen de cómo iría el rodaje, aunque se les animaba a reaccionar del modo más natural ante la acción del ring a medida que ésta iba desplegándose.
Más tarde, Aronofsky hizo que el realismo extremo de las escenas de lucha libre resonara en las escenas del supermercado. “No teníamos el presupuesto suficiente para cerrar el supermercado” —explica el director—, “de tal modo que nos limitamos a rodar a los clientes que entraban. Así que cuando una mujer se acerca al mostrador y pide pollo, eso está ocurriendo realmente. Todo era improvisado y, pese a que Mickey no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, la gente realmente regresaba a sus hogares con la comida que él les había servido en medio del rodaje de la película”. Sobre esta experiencia, Aronofsky dijo: “Lo que creo haber aprendido es que, para conseguir un film con fuerza, todo cuanto se necesita son interpretaciones honestas y una lente”.
Puntaje: 9,0
TRAILER: